El Atlético Artilleros logra un espectacular triunfo contra todo pronóstico
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El Atlético Artilleros logra un espectacular triunfo contra todo pronóstico
Ayer en Valdebernardo tuvo lugar otro partido de preparación, esta vez contra los infatigables de La Merced, un partido que el Atlético Artilleros sacó adelante contra todo pronóstico después de un autentico caos organizativo y disciplinario.
El equipo místico con sólo un cambio, sin entrenador, y un portero prestado consiguió doblegar al combinado africano por 5 o 6 goles de diferencia, algo que sólo puede explicarse por el orden y sacrificio de los valientes que asistieron al encuentro ante la mirada atónita de los hinchas que esperaban llevarse a sus jugadores aplastados y en carretilla.
Las fotos del partido aquí.
Varios fallos burocráticos dejaron al equipo sin portero ni entrenador
Una hora antes del comienzo del encuentro comenzaron a sonar desesperados los móviles de la dirigencia cañonera:
- “Pásame el número del portero del Toppen, no tenemos portero”
-“¿Cómo que no hay portero?”
-“Juan no puede venir, nos avisó hace una semana y nos olvidamos”
-“Somos una verga. ¿El entrenador viene?”
-“No le avisé”
-“Yo tampoco”
-“Fenómeno”
Al enterarse de caos una marabunta de periodistas se acercó a Del Pup para preguntarle sobre el estado de las cosas: “Al principio me quise matar, pensé que mi vida no valía nada, pero después cambié de opinión y los quise matar a ellos… ahora ya estoy más tranquilo y cada tanto suelto una carcajada. Somos el peor equipo del mundo y eso nos hace distintos, grandes. Así somos nosotros."
Las cámaras de seguridad del club confirmaron que se trató de un error burocrático al grabar a los funcionarios en la sede haciendo cualquier cagada:
Los riesgos de jugar los domingos temprano: “La noche” dejó fuera de combate a 3 jugadores
Como si lo anterior fuese poco Chamorro, Rodriguez y Barrios faltaron sin aviso tras haber pasado una agitadísima noche de alcohol, drogas, travestis y casino por los barrios bajos de Madrid. Una autentica traición a sus compañeros que deberán pagar de algún modo.